Treinta y siete

La infancia
dulce miel
preciado tesoro
manantial refrescante
cimiento de la vida
pétalo de rosa
Grandiosa época
que un una noche de ansiedad perdí. Cerré los ojos deseando crecer con el ímpetu de quien no ha vivido lo suficiente para valorar la vida. Cuando caí en cuenta de la insensatez de mis deseos quise recuperarla, pero ya no estaba
ya era irremediablemente
TARDE

Treinta y seis

El dinero no me queda bien
no es que no lo tenga
o no pueda conseguirlo
Es que simplemente no me va
He aquí mi argumento queridos míos
El olor a dinero ensucia el aroma de mi piel
Su áspera textura daña el terciopelo de mis manos
Sus groseras imágenes y frases patrióticamente ridículas
dan amargura al verso de mis labios
Así es
No es pobreza de la cual avergonzarse
Es gusto y delicadeza
es un valor intrínseco del ser humano
Que ni el dinero ni las apariencias pueden visibilizar

Allá tú

Allá tú con tus libertades, tu vida natural y tu vanguardia artística. Déjame aquí con mis intertextualidades, mi perfeccionismo inútil, mis planificaciones ilusas y mis miedos pueriles. 
Llévate nuestros sueños y utopías, nuestros besos no jugosos por las madrugadas, nuestras baladas de pasiones desperdigadas por el cuarto. 
Olvidémonos de innovar en las artes amatorias, pues nuestro lecho cansado nos suplica una tregua.
No escapo ni huyo, sin embargo te me alejas poco a poco.
No te quedas ni te apartas, mas tu imagen se esfuma.
Es tiempo de la despedida sin llantos, del recuerdo sin olvido
del adiós con gusto a no te marches, pero no te quedes conmigo.

Treinta y cinco

Mis versos se congelan
se escabullen entre otros miles
se suman a este mar de letras
y se confunden en la multitud
de sentimientos expresados en poesía
Son solo un grano de arena
en esta playa poética-cibernética
Son versos tímidos que nadan en la inmensidad
acaso entre la muchedumbre queriendo con luz propia brillar.

Treinta y tres

Como una maravilla me he presentado ante la vida:
Siempre en búsqueda de la luz
Me he cerrado a la oscuridad
he sido prudente
a la vez que usada
He vivido y gozado a manos llenas
pero siempre con prudencia
sabiendo que los excesos
a la vez que las temeridades
son letales para una bella flor.

Treinta y dos

Sobre las palmas de mis manos
descansa una paloma blanca atribulada
Quizás no sea ésta de la paz
pero seguro ha librado luchas por la libertad
La blanca tribulación de sus plumas
Son testimonio de los avatares de su vida
que no pierden importancia
cuando el sentir de otro ser es también mi sentir
Soy la atribulada paloma
Soy las palmas que la sostienen

Somos cuando soy pasa a segundo plano

Treinta

Aquel suspiro me llegó
como le llega la brisa a la primavera
con ese frescor de buenas nuevas
y el florecimiento de lo sembrado
en el alma de todo ser
que tenga la valentía de declararse
viviente sonriente reluciente

Veintinueve

No es la primavera
la que me hizo correr a tu huerto
a acariciar tus flores
No es el perfume
Ni el azul del cielo
Ni el ardiente abrigo bajo el sol
Es el tonto afán de desenterrar
los besos entre pétalos
los versos entre pétalos
Es el tonto afán de recuperarte
de recuperarnos
como se recupera
el jardín en la
hoy
dolorosa
primavera