Ochenta

No puedo creer la maravilla…
No puedo creer la ostra y la perla que la habita
No puedo creer la espina y la rosa
No puedo creer el amor y el corazón
La sonrisa y el rostro
El beso y los labios
No puedo creer la maravilla de haberte encontrado.

Setenta y nueve

Amo ver el reflejo de los flamencos en el agua
y comprobar su belleza duplicada
y aferrarla a mi pupila
deseando no dejarla escapar jamás.

Setenta y ocho

Utopía: lejana luz residente en el horizonte que se escapa en cada intento de alcanzarla.

Lo bello de tener utopías es que no importan las circunstancias,

jamás se renuncia a ellas, pues iluminan el camino pese a la distancia

y nos mantienen soñando por simple afán de soñar.

Setenta y siete

Quiero alzar mis alas y emprender un vuelo por algún rumbo desconocido.
No llevo más equipaje que el sueño de que el destino final
sea tus brazos.

Setenta y seis

Definitivamente
me sentí atraída por su sonrisa
no sé si por él
pero había algo cautivante en su forma de sonreír
cuando me decía “sos re buena”
deseando que yo leyera entre líneas
y quisiera algo más que convertir su sonrisa en versos