No tengo casa
Mi vida entera cabe en unas cuantas páginas
Y no tengo descendencia
¿Qué esperas, entonces, vida mía, para reaccionar?
Author: Llave de Cristal
Doscientos cuarenta
Las jóvenes utopías se desvanecen
y me siento tan sola esta noche
ya sin ellas
Doscientos treinta y nueve
Tengo que alejarme cuanto antes
debo limpiarme
renovarme
Al igual que Sabines
me receto abstinencia
tiempo
soledad
Ya me habían advertido
sobre la dificultad de acariciar
la belleza de un ángel
Hoy frente a mi tristeza lo compruebo
Es definitivo, necesito alejarme
no me tocó la bendición.
Doscientos treinta y ocho
Crecí como flor de tu jardín
Vivo como maleza en terreno baldío
que ya no te pertenece
tampoco a mí.
Somos dos seres ajenos
indiferentes, ausentes
de nosotros mismos.
Soy un terreno baldío
jugando a ser maleza en tu vida.
Doscientos treinta y siete
Nací con ojeras
Crecí a destiempo
Me arrugé temprano
Muero lento
Lagunas de viernes por la noche
Quería besar los labios de quien me dijera que deseaba los míos.
Miré sus ojos y supe que añoraba nadar en ellos. Lucían más rojos que verdes por el alcohol y las drogas que amenazaban sus pasos a lo largo del errante futuro que se había propuesto trazar. Lo miré hasta dejarlo sin otra opción. Acudió a mi llamada.
Es que la morada interior en la que me he refugiado no tiene ya campo para los ojos oscuros que me miraron ayer y no me dejaron seguir mi errabundo camino. De pronto me vi envuelta y encerrada en sus brazos y ya no tuve escapatoria. Tuve que dejar de resistirme y ceder para yacer entre sábanas de pasto de un parque poblado de árboles y miradas esquivas del dios y su miseria.
*
¿Cuál es la postura que he de adoptar sin relativizarme ante tu juicio menor? Creo en ti más que en los dioses y amo tus besos inexistentes más que la mano que me abriga cada noche sin amor.
*
No me gusta este presente, pero persisto en la inclemencia. Quizás deba regresar a la fuente de vida y volverme a llenar de amor y de vicios antiguos que me ayuden a entender el movimiento del cosmos. ¿De dónde viene todo?, ¿Cuál es el origen que me conecta con la tradición humana y me aleja de la amnesia educativa? La memoria es frágil, nada depende ya de nosotros. Nos olvidamos de nuestros orígenes. Ya no hay elementos y nada me regresa a la gesta. A la oportunidad de borrarlo todo de volver a empezar. La mente de un yonqui atraviesa todos los estados. Mi mente se llena de pensamientos de los cuales no puedo escapar. Estoy segura de encontrar grandes respuestas esta noche. Pero la sabiduría me ha abandonado. Los besos no me fueron regalados, me los robó uno de los míos a punta de violencia. Otra vez. Los que vagamos por la vida deseando amor terminamos siempre en los brazos incorrectos. Pero no importa, mi cuerpo y yo no somos lo mismo. Yo soy más que huesos y carne. He de volver a la fuente de vida, tender la mano a los sin amor como yo, hurgar en busca de respuestas y volver a empezar. Cada noche la termino así: con la angustia de enmendar el equivocado trayecto. Pero esta noche (y como siempre para mí) ya es tarde, me voy a dormir para no pensar más… hasta la siguiente apuesta.
Doscientos treinta y seis
La coraza estuvo intacta
hasta la reunión de tus letras y mis manos.
Doscientos treinta y cinco
Es viernes otra vez
¿abro o cierro paréntesis?
Utilizo interrogación
llevo mil lunas sin la exclamación.
Viernes otra vez
no abro, no cierro
paréntesis
Así está la vida.
Doscientos treinta y cuatro
He vivido más de 18 años
y durante mucho tiempo no tuve
esperanza siquiera de ser notificada
por undécima vez de un cumpleaños.
Estoy ad portas de un nuevo aniversario
más que 18, muchísimo más que 11.
He construido un endeble existir
que no deja de manifestarse
en palabras mudas y confusión
que retratan el crítico epígrafe
que me ha estado esperando siempre.
Doscientos treinta y tres
¿A dónde irán todos estos besos que no te daré
cuando mires en mis ojos y ya no te veas?
Se me acumularán en los labios,
te pensaré hasta arruinar tu recuerdo
y el doctor,
al igual que a Ernst Jandl,
me prohibirá besar.